¿Qué pueden aprender las startups chilenas de empresas centenarias en Europa? Este viaje a España nos dejó ideas clave para seguir construyendo un ecosistema de salud más justo, tecnológico y colaborativo.
Ser cofundador de una startup implica estar inmerso en la operación diaria, con mil decisiones, pendientes y fuegos que apagar. Así es como a veces uno se desconecta de lo que está pasando en otras industrias, países y equipos. Sin embargo, es vital hacer pausas. Mirar hacia afuera, para seguir aprendiendo de los demás.
Porque emprender, sobre todo en salud, no se trata solo de avanzar rápido: se trata de avanzar con sentido. Para eso es fundamental darse el espacio y tiempo para enriquecerse de otras miradas y perspectivas. Esto se vuelve particularmente importante en momentos en el que los emprendedores enfrentan obstáculos que parecen imposibles de sobrellevar.

Este mes tuve el privilegio de representar a Búho en la Misión Innovamos 2025, organizada por la Cámara Oficial Española de Comercio en Chile.
Fui a Madrid y Barcelona junto a otras startups y empresas chilenas, con un objetivo común: generar conexiones, aprender de referentes y abrir caminos hacia una innovación más colaborativa.
Ya de regreso en Chile, quiero compartir 3 aprendizajes que me dejaron esta experiencia y que hoy marcan con más fuerza el camino que estamos construyendo en Búho.
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Las grandes empresas también fueron startups
Detrás de gigantes como Acciona, Telefónica, Santander o INDRA hay historias fundacionales muy similares a la nuestra. Todas partieron con un grupo pequeño de personas, una buena idea, y una necesidad clara que querían resolver.
Al emprender uno se enfrenta a grandes desafíos que muchas veces son nuevos para los fundadores. Se siente bien recordar que empresas con más de cien años de trayectoria en algún momento también fueron emprendimientos.
Estas empresas centenarias detectaron un problema en el país que lograron solucionar con tecnologías novedosas para la época y lograron armar un equipo que hizo crecer el negocio. En sus homenajes, los fundadores de hace más de un siglo eran reconocidos por su capacidad de adaptarse, delegar y mantenerse abiertos al cambio.

Son principios que seguimos aplicando en Búho y que siguen siendo clave para cualquier emprendimiento. No es casualidad que algunas compañías hayan superado cuatro generaciones: lo lograron compartiendo aprendizajes y formando equipos que crecen con propósito.
Hoy, más que nunca, necesitamos que estas grandes empresas compartan su experiencia con nuevas generaciones de emprendedores. No sólo como inspiración, sino como aliadas activas en la construcción de modelos de negocio sostenibles, escalables y con impacto real. Como lo hace hoy Búho, con soluciones que buscan mejorar la calidad de vida de las personas con soluciones innovadoras.
2. Las startups no son el futuro: son el presente
Uno de los mensajes más claros del viaje fue este: Las Startups no son parte de lo que vendrá. Son parte CLAVE del desarrollo social y económico actual, para cualquier país del mundo.

España lo entendió. Están haciendo un gran esfuerzo por apoyar y potenciar el espíritu emprendedor, sobre todo en los jóvenes, sabiendo que las soluciones tecnológicas de hoy serán las bases de las grandes empresas de mañana.
Un ejemplo inspirador fue Las Rozas Innova, un hub de innovación municipal impulsado por el ayuntamiento de Las Rozas y su alcalde José de la Uz. Con inversión pública, apoyan a jóvenes empresarios a desarrollar soluciones tecnológicas para problemáticas que enfrentaba su localidad. Así, están logrando transformar realidades: más movilidad para personas con discapacidad, mejor seguridad y mayor equidad.
Cómo muchas veces escuchamos en diferentes medios, las empresas dominantes del mercado suelen tener más dificultad para reinventarse o adaptarse al cambio, por eso la innovación es fundamental para mantener la vigencia de los negocios y mantener a un país en la vanguardia de la tecnología.
Lo valioso fue confirmar que en Chile también estamos haciendo las cosas bien. Programas como Start-Up Chile, donde Búho fue parte de las etapas Build, Ignite y Growth, nos han permitido crecer con método y propósito. Muchas de estas ideas se replican hoy en Europa. Y Búho es una muestra concreta de lo que pasa cuando ese apoyo se transforma en acción.
3. La tecnología ya está aquí (y es nuestro deber usarla bien)
Una de las visitas más impresionantes fue al Barcelona Supercomputing Center y al centro de investigación Eurecat. Ver cómo ya están operando computadores cuánticos, materiales conductores y soluciones de inteligencia artificial que hasta hace poco parecía ciencia ficción fue una mezcla de asombro y responsabilidad.
Las nuevas tecnologías y procesamiento de datos nos liberan de lo operativo para poder enfocar nuestra creatividad humana en crear nuevas soluciones. Porque sí, estas tecnologías ya están disponibles. Pero su impacto depende del uso que les demos: puede ser un arma de doble filo si se usa para el propósito incorrecto.

Uno de los temas más recurrentes fue la ciberseguridad: proteger datos, garantizar la privacidad de la información en salud y lograr que la interoperabilidad de los sistemas no ponga en riesgo a los pacientes. Para eso, nuevamente es necesario de personas con hambre de emprender, que tengan acceso a las tecnologías emergentes y una mirada ética para innovar pensando en las personas.
Volvemos con la mochila llena
El viaje a España fue más que una misión comercial, fue una pausa activa para reconectarnos con lo que nos mueve: mejorar el acceso a la salud desde la tecnología, pero también desde la empatía y la colaboración.
En Búho, creemos que Chile lo tiene todo para ser la cuna de las próximas empresas que duren más de 100 años. Para eso, es clave el rol que tienen las grandes corporaciones de apoyar a las startups y fomentar la innovación. Así, seguiremos remando para un mismo lado: convertir esa visión en una realidad.